
Os voy a hablar de mi perra Candela. Supuestamente es un American StaffordShire Terrier aunque cada vez lo pongo más en duda (si quieres saber algo más sobre su raza, CLICK AQUÍ); lo cierto es que su carácter sí es de un auténtico American, no así su cuerpo, es más guapa.
Es una perra cariñosa, atenta siempre, guardiana cuando está sola y chupetona cuando viene alguien a vernos, sus ganas de jugar nunca acaban, aunque del mismo modo es capaz de estarse 12 horas tumbada.
Ella es quien te saca a pasear, quien te despierta, quien te dice cuando hay que comer, su mirada tierna logra conquistar a cualquiera, es la reina de la casa, cualquiera deja de hacer lo que esté haciendo para que ella esté a gusto y confortable, porque sus ojos de mirada bonachona y cariñosa hace que te derritas y te entren ganas entre comértela con el corazón o acariciarla y apretarla entre tus brazos.
Esas orejas son así, no os voy a engañar, quizás algo más exageradas en la acuarela, pero en mi interior “es que son muy grandes”, de cachorro se me ocurrió la genialidad de ponerle un esparadrapo con un céntimo de euro en cada oreja con el fin de que las orejas se arruguen y, estéticamente pueda llegar a ser más guapa si cabe, la realidad es la que se puede plasmar en la acuarela, oreja grande y siempre “al loro” es un radar en perro y eso la hace más maravillosa.
Os adjunto algunas fotos de Candela que, de por siempre será la reina de la casa, la que abre las puertas y nunca las cierra, la que llama al timbre para que la abras si no pudiera hacerlo, la que saltaba más de á2 metros en el aire para coger cualquier cosa que sirva para un juego, la que te quiere siempre, hagas lo que hagas, la primera que te saluda cuando llegas a casa y la que sabes que siempre te echa de menos, por eso nunca quieres separarte de ella.